EL AUXILIAR DE EDUCACIÓN Y SU RELACIÓN CON LA COMUNIDAD
Por: NILTON ROGER MAS ROJAS
Educador
No hay
duda que los Auxiliares de Educación constituyen un elemento clave en la buena
marcha de una Institución Educativa. Su permanente labor de orientación a los
estudiantes, cuidado de la disciplina, mantención del orden, preservación de
las buenas costumbres y su intervención en la relación social con la comunidad
educativa, le otorgan un liderazgo estratégico dentro del sistema educativo.
El Auxiliar de Educación no está para
reemplazar al docente que se ausenta. Aunque podría, no le compete la función
técnico pedagógica ni administrativa, sus funciones se circunscriben a lo formativo
y disciplinario. El auxiliar de educación tiene una jornada laboral de 6 horas
cronológicas diarias, tiempo en el cual garantiza el orden en las formaciones y
actividades cívicas, efectúa rondas periódicas por los diferentes ambientes,
vela por el cumplimiento de las normas de convivencia escolar, atiende y
auxilia a los estudiantes en casos de emergencia, garantiza el orden y la
disciplina en el aula durante la ausencia del docente, lleva el registro diario
de la asistencia e indaga el motivo de las ausencias, se percata que cada
estudiante se retire seguro hacia su hogar, es el primero en llegar a la institución
y es el último en retirarse. Y para realizar todo eso requiere de una estrecha co-relación
con todos los agentes de la comunidad educativa, constituyéndose en el nexo de
ellos y el estudiante.
El auxiliar de educación conoce muchos casos de
los estudiantes que sus profesores y sus mismos padres de familia desconocen, actúa
de consejero, se apoya en diversos profesionales para solucionarlos; y lo hace,
sin faltar a la confidencialidad.
El auxiliar de Educación sabe que cuando la IE
logra sus metas, no sólo es por la acción aislada del director, por el
compromiso de los profesores o por el apoyo del padre de familia, sino que también
lo es, por su apasionado trabajo que lo convierte en gestor de la buena
convivencia escolar; y aunque los aplausos se lleven los demás, él sabe que de
su accionar depende el éxito o fracaso de la Institución.
Cabría, entonces, terminar este artículo
haciendo referencia a la Regla de Pareto que, aplicado a este tema, significaría:
“El 80% del éxito de una Institución Educativa
se debe al 20% del trabajo eficaz del Auxiliar de Educación”.
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